El canciller alemán Friedrich Merz ha criticado un borrador de plan de la Unión Europea que obligaría a las empresas de alquiler de coches y a grandes corporaciones a cambiar toda su flota de vehículos a modelos eléctricos para 2030, calificando la propuesta como desconectada de las realidades económicas y prácticas en todo el bloque.

“Las propuestas anunciadas durante el fin de semana sobre las flotas de coches de alquiler y la electrificación ignoran completamente las necesidades que tenemos en Europa en este momento”, dijo Merz. “Estas no son las propuestas correctas. Más bien, queremos seguir tecnológicamente abiertos.”

La política, aún en discusión interna a nivel de la UE, requeriría que empresas como Sixt SE y Europcar Mobility Group compraran solo vehículos eléctricos a partir de la próxima década, como parte de un esfuerzo más amplio para descarbonizar el transporte, uno de los sectores más contaminantes de Europa.

El plan de Bruselas recibe críticas de Berlín

Sustentando el plan está la creencia de que dirigirnos hacia flotas corporativas y de alquiler ofrece una ruta rápida para reducir emisiones: las empresas de alquiler son algunos de los mayores compradores de vehículos nuevos en Europa, y una vez que esos coches se revendan en mercados de usados, podrían impulsar significativamente la adopción de vehículos eléctricos entre los consumidores.

Pero la resistencia de Merz es parte de una creciente oposición de las capitales nacionales que desconfían de los excesos de Bruselas. El líder alemán, ya atrapado en peleas presupuestarias con la UE, ha dejado claro que Berlín no aprobará sin cuestionar mandatos climáticos que, según él, imponen expectativas poco realistas sobre las empresas y los ciudadanos.

La Comisión Europea aún no ha publicado un texto legislativo formal, pero los borradores iniciales compartidos con las delegaciones nacionales indican un fuerte impulso para hacer que la electrificación de flotas sea obligatoria para 2030, con pocas excepciones.

La unidad verde de Europa bajo presión financiera

Los fabricantes de automóviles también están siguiendo de cerca el debate. Para las empresas que aún dependen en gran medida de modelos de motor de combustión para sus ingresos, el cronograma podría forzar decisiones difíciles sobre líneas de producción y contratos de la cadena de suministro.

Alemania, en particular, ha argumentado durante mucho tiempo a favor de un enfoque más flexible para la descarbonización de la movilidad. Si bien apoya la reducción de emisiones, Berlín ha defendido consistentemente la neutralidad tecnológica, presionando para mantener opciones como los combustibles sintéticos y el hidrógeno sobre la mesa.

El plan de electrificación de flotas iría más allá del objetivo de la UE de prohibir la venta de nuevos vehículos de motor de combustión interna para 2035. Si bien esa política ya ha suscitado debate, este último movimiento aumenta las apuestas al adelantar el cronograma y poner la carga sobre las empresas primero.

Según un legislador de Bruselas, la propuesta podría afectar al 60% del negocio de coches nuevos.

Los partidarios dentro de la Comisión Europea argumentan que el tiempo es esencial. Después de un verano de temperaturas récord y una presión creciente por los compromisos de COP29, Bruselas ve las emisiones del transporte como una de las pocas áreas restantes donde una política agresiva puede ofrecer beneficios climáticos rápidos.

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