Los ataques israelíes contra Irán alteran los cálculos de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Mientras Donald Trump intensifica las presiones para lograr un alivio monetario, los banqueros centrales deben ahora lidiar con un nuevo factor de incertidumbre: la escalada geopolítica que enciende los precios del petróleo.
Los bombardeos israelíes realizados el viernes contra sitios nucleares y militares iraníes marcan un giro importante en el conflicto en Oriente Medio.
Esta escalada inédita provocó un aumento inmediato de los precios del petróleo en los mercados internacionales, reavivando los temores de un impulso inflacionario a escala global. Para la Reserva Federal estadounidense, esta nueva realidad geopolítica complica aún más una ecuación monetaria ya delicada.
Robert Sockin, economista senior en Citigroup, alerta sobre esta dinámica:
"Si la situación empeorara y los precios del petróleo se mantuvieran elevados durante mucho tiempo, solo agravaría los desafíos que la Fed ya enfrenta".
Los responsables monetarios deben ahora incluir este choque geopolítico en sus previsiones, mientras ya tienen dificultades para adaptarse a las incertidumbres relacionadas con las reformas comerciales impulsadas por Donald Trump.
Este aumento de los precios de la energía podría difundirse rápidamente a toda la economía estadounidense. Los hogares sufrirían primero sus efectos en la gasolina, luego en sus facturas de calefacción y electricidad.
En el lado de las empresas, los aumentos de costos de transporte y producción se multiplicarían, alimentando tensiones inflacionarias generalizadas.
En tal contexto, una reducción prematura de las tasas de interés podría desencadenar una peligrosa espiral precio-salario que la Fed busca precisamente evitar.
La convergencia de tensiones geopolíticas y comerciales coloca a Jerome Powell en un callejón sin salida estratégico.
Por un lado, Donald Trump intensifica la presión para lograr un alivio monetario. Por otro, la inestabilidad en Oriente Medio amenaza con comprometer la trayectoria desinflacionaria de Estados Unidos, debilitando así la estrategia de normalización emprendida por el banco central.
John Velis, estratega de BNY Mellon, resume perfectamente el desafío:
"La política monetaria no está bien adaptada para enfrentar choques geopolíticos, pero todo esto significa que la Fed será aún más cautelosa".
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