Según Cointelegraph, la Fundación Infinite Node (NODE), una organización sin fines de lucro dedicada al arte digital, ha adquirido la propiedad intelectual de la colección de tokens no fungibles (NFT) CryptoPunks de Yuga Labs. Esta adquisición, anunciada el 13 de mayo, posiciona a NODE como una de las principales organizaciones sin fines de lucro en el sector del arte digital en los Estados Unidos, respaldada por un endowment adicional de 25 millones de dólares. La fundación no ha divulgado los términos del acuerdo.

NODE ha establecido un consejo asesor para gestionar la colección CryptoPunks, incluyendo a los artistas originales Matt Hall y John Watkinson, y un representante de Yuga Labs. La fundación tiene como objetivo crear una arquitectura en red que apoye el crecimiento del arte digital como CryptoPunks dentro de contextos digitales e históricos del arte. CryptoPunks, conocidos por sus personajes de arte pixelado generados algorítmicamente, han impactado significativamente el mundo del arte al existir fuera de los marcos tradicionales y provocar un cambio cultural en el ámbito digital.

La colección CryptoPunks, lanzada en 2017 por Larva Labs, se ha convertido en la colección de NFT más valiosa, con una capitalización de mercado de casi 1.200 millones de dólares en sus 10,000 NFT a partir del 13 de mayo, según CoinGecko. Desde su creación, la colección ha generado más de 3,000 millones de dólares en ventas, con cada transacción proporcionando regalías a los titulares de la propiedad intelectual de los NFT. En 2022, el CryptoPunk NFT más vendido alcanzó casi 24 millones de dólares. Yuga Labs, conocido por la colección de NFT Bored Ape Yacht Club, adquirió CryptoPunks en 2022, junto con Meebits, otra colección de NFT de Larva Labs, que vendió en febrero.

En marzo, Yuga Labs anunció que la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) había cerrado una investigación sobre la compañía, lo que describió como una victoria significativa para los NFT. Este desarrollo subraya el paisaje en evolución del arte digital y el creciente reconocimiento de los NFT como una forma de arte legítima e influyente.