#TariffsPause La pausa de 90 días en los aranceles de Trump, ¿estrategia genial o improvisación?

La decisión de Trump de pausar por 90 días los aranceles a más de 75 países, manteniendo un 10% universal y castigando a China con un 125%, ha desatado un torbellino de reacciones. Por un lado, parece un movimiento táctico: los mercados, que estaban en caída libre, repuntaron con alzas históricas (S&P 500 +9%, Nasdaq +12%). La pausa da un respiro a empresas y consumidores, evitando alzas inmediatas en precios de bienes importados, desde iPhones hasta ropa. Además, Trump dice que más de 75 países ya buscan negociar, lo que sugiere que la amenaza inicial de aranceles altos fue una jugada para forzar acuerdos bilaterales. ¿El arte del trato en acción?

Pero no todo es tan claro. La volatilidad que generó su anuncio inicial, seguido de un cambio de rumbo en menos de 24 horas, grita improvisación. La Casa Blanca negó rumores de una pausa días antes, y hasta el Representante Comercial de EE.UU., Jamieson Greer, se enteró en tiempo real. Esto no solo proyecta desorganización, sino que erosiona la confianza de socios comerciales. ¿Quién negocia con alguien que cambia las reglas de un tuitazo? La excepción de China, con aranceles al 125%, intensifica una guerra comercial que ya está afectando a empresas como Apple y a consumidores que pagarán más caro. China respondió con un 84% a bienes estadounidenses, lo que promete más tensión.

En resumen, la pausa puede ser un acierto táctico para ganar tiempo y negociar, pero el caos en su ejecución y la incertidumbre sobre lo que vendrá después de julio no inspiran confianza. Trump juega a la cuerda floja: o logra acuerdos históricos, o este vaivén terminará costándole caro a la economía global. ¿Ustedes qué piensan? ¿Es Trump un maestro de la negociación o solo está improvisando?