Saima Mudassar

Lo que pasó el viernes 10 de octubre en los mercados de criptomonedas no fue un desplome, fue una lección que muchos aprendieron por las malas. En tan sólo 15 minutos, muchas criptomonedas cayeron más de un 50%. $BTC llegó a perder un 8 %, para luego terminar cayendo un 16% (en Binance), hasta los 102k. Miles de millones se evaporaron... la mayoría habla de casi USD$ 20.000 millones (aunque pudo haber sido mucho más). No fue un “cisne negro”. Simplemente fue algo que tarde o temprano tenía que pasar. Durante mucho tiempo el mercado se llenó de apalancamiento, había crecido, no por las reservas en spot, sino por el apalancamiento. Todo se estaba inflando. Los traders estaban confiados y con un sentimiento eufórico en en posiciones largas por las bajadas de tipos de la FED, y eso les costó caro. Todo era viento a favor… hasta que llegó un catalizador (sí, catalizador, no causa), a saber: la tensión entre Trump y China y el miedo a una nueva guerra comercial arancelaria. En cuestión de minutos, se activaron las liquidaciones automáticas: •Cuando un trader apalancado pierde parte de su margen, el exchange vende su posición. •Esas ventas aceleran la caída. •Más traders se liquidan. •Y así se genera una cascada que arrastra todo el mercado. Eso fue lo que vimos el viernes: una purga de apalancamiento, no un colapso del mercado. Y, aunque duela, estos eventos son necesarios, ya que sirven para limpiar excesos, restaurar el equilibrio y recordar que: •El apalancamiento multiplica ganancias, pero también errores. •La liquidez desaparece justo cuando más la necesitas. •Y la paciencia y la gestión del riesgo son el verdadero alfa. En los mercados, los “cisnes negros” no se pueden predecir, pero sí puedes evitar que te ahoguen. Esto fue un recordatorio de que el valor real solo se ve con tiempo y disciplina, no en corto y apalancado. #MarketPullback #CryptoMarketAnalysis #bitcoin