Cuando el mercado de criptomonedas cae durante mucho tiempo y luego de repente aparecen grandes volúmenes en las velas rojas, muchos tienen la misma sensación: parece que alguien grande finalmente "deja de vender", y alguien igualmente grande comienza a recoger agresivamente. Los altos volúmenes en la caída a menudo se leen como un signo de capitulación de los jugadores débiles, que no soportaron la presión de las liquidaciones y la negatividad de las noticias. En el gráfico $ETH esto se ve como una combinación de largas sombras hacia abajo y operaciones densas en la parte inferior del rango.

Históricamente en cripto no ha sido raro que precisamente después de tales fases el mercado se revirtiera o al menos diera un fuerte rebote. El escenario es típico: primero varios días o semanas de una suave liquidación, luego un golpe brusco hacia abajo, tras el cual pasa un volumen récord, y después el precio se estabiliza y comienza a moverse en un rango lateral con un suave desplazamiento hacia arriba. La explicación es simple: aquellos que estaban sobrecargados o no podían soportar psicológicamente ya han salido, y en su lugar aparecen participantes con un horizonte más largo y menores expectativas de beneficios rápidos.
Sin embargo, un gran volumen en la caída por sí mismo no garantiza que sea precisamente la "última" disminución. A veces, es solo una etapa intermedia de descarga: parte de los jugadores cerraron posiciones, pero en la parte superior quedó suficiente gente dispuesta a vender en cualquier rebote. Entonces vemos no un giro clásico, sino una sierra: una fuerte caída, un rebote con altos volúmenes, luego una nueva ola de ventas, aunque no tan agresivas. Es importante observar cómo se comporta el precio después de un aumento de volúmenes: si se mantiene el nivel, si aparecen mínimos secuenciales más altos, o si el mercado vuelve a caer en la primera negativa.
Cabe destacar el papel de los derivados. Grandes volúmenes pueden significar no solo compras al contado, sino también liquidaciones masivas de largos o entradas agresivas en cortos. En tal caso, parte de estas transacciones no refleja en absoluto la demanda "consciente", sino que es un cierre técnico de posiciones por llamadas de margen. Por lo tanto, al evaluar la situación tiene sentido pensar en el equilibrio: si se han cerrado los principales excesos de apalancamiento, si han disminuido las tasas de financiación, si se ha reducido el sesgo direccional, o si el mercado aún está sobrecargado en una dirección.
¿Por qué muchos aún hablan de esperanza en un rebote? Porque los grandes volúmenes por sí mismos significan que el activo ha encontrado un "nuevo propietario". Alguien estaba dispuesto a vender a un precio bajo, pero alguien estaba dispuesto a comprar el mismo volumen en estas condiciones. Tal intercambio casi siempre cambia la estructura del mercado: las manos débiles dan paso a aquellas que o creen en los fundamentos, o simplemente piensan que el riesgo ya está justificado por el precio actual. Y si la siguiente ola de noticias no rompe este equilibrio, esos participantes se convierten en la base para un crecimiento posterior.
En resumen, la imagen se ve así: grandes volúmenes en un mercado en caída realmente pueden ser un signo de agotamiento de ventas y el comienzo de una fase de recuperación, pero solo en combinación con el comportamiento posterior del precio, y no por sí solos. Si los niveles en los que se realizaron operaciones récord se mantienen, y las nuevas caídas se compran rápidamente, el escenario de "la última caída" tiene una oportunidad. Sin embargo, si el mercado rompe fácilmente estas zonas hacia abajo en el primer estrés, significa que fue solo una parada en el camino. En cualquier caso, tales días son mejores para no adivinar el fondo perfecto, sino para una fría reevaluación de riesgos y la estructura de la cartera. Esto no es un consejo financiero.
