BlackRock ha convertido silenciosamente su incursión inicial en el mercado de criptomonedas en una empresa lucrativa, obteniendo más de 260 millones de dólares en ingresos anuales gracias a productos de activos digitales en menos de dos años.
Esta ganancia inesperada se debe en gran medida al rápido éxito de sus fondos cotizados en bolsa (ETF) de Bitcoin y Ethereum, que dominan sus respectivos mercados y ahora se encuentran entre los productos más rentables de la cartera de la empresa.