Según Cointelegraph, la dificultad de minería de Bitcoin, una medida del desafío involucrado en agregar nuevos bloques a la cadena de bloques, alcanzó un nivel sin precedentes de 142.3 billones el viernes. Este hito sigue a una serie de máximos históricos sucesivos en agosto y septiembre, impulsados por el despliegue de nueva potencia de cálculo en las últimas semanas. La tasa de hash de la red Bitcoin, que representa la potencia de cálculo total que asegura el sistema monetario descentralizado, también alcanzó un récord de más de 1.1 billones de hashes por segundo el mismo día, según informó CryptoQuant.

La creciente dificultad de minería, junto con la demanda de potencia de computación de alto rendimiento y intensiva en energía, está generando preocupaciones sobre la centralización de la minería de Bitcoin. Los mineros individuales y las corporaciones están encontrando cada vez más difícil competir, ya que los gobiernos y los proveedores de infraestructura energética obtienen una ventaja competitiva. Los mineros más pequeños y las empresas que cotizan en bolsa están enfrentando una competencia creciente por parte de los gobiernos, que tienen acceso a recursos energéticos gratuitos, y de los proveedores de energía que pueden integrar la minería de Bitcoin en sus operaciones.

Varios gobiernos, incluidos Bután, Pakistán y El Salvador, ya están involucrados en la minería de Bitcoin o explorando el uso de energía excedente para fines mineros. En mayo, Pakistán anunció planes para asignar 2,000 megavatios de energía excedente para la minería de Bitcoin, reflejando el cambio regulatorio del país hacia la adopción de criptomonedas y activos digitales. Mientras tanto, los proveedores de energía en Texas están incorporando la minería de Bitcoin en su infraestructura para equilibrar las cargas eléctricas, en colaboración con el Consejo de Fiabilidad Energética de Texas (ERCOT).

Las empresas energéticas de Texas utilizan la minería de Bitcoin como un recurso de carga controlable para abordar los desequilibrios de la red eléctrica, consumiendo energía excedente durante períodos de baja demanda y cerrando las operaciones mineras durante picos de demanda. Esta estrategia permite a los proveedores de electricidad obtener ganancias sin preocuparse por el costo fluctuante de la energía, ofreciendo una ventaja significativa sobre las corporaciones mineras que cotizan en bolsa que deben asumir estos costos. A medida que la minería de Bitcoin se vuelve cada vez más centralizada, la industria enfrenta desafíos para mantener su ethos descentralizado en medio de la creciente competencia de los sectores gubernamental y energético.