El 17 de septiembre de 2025, el Sistema de la Reserva Federal de EE. UU. redujo la tasa clave en 25 puntos básicos, estableciendo un nuevo rango objetivo del 4,00% - 4,25%. Esta fue la primera flexibilización de la política monetaria desde diciembre del año pasado. La decisión se tomó en medio de crecientes signos de desaceleración del mercado laboral, mientras que la inflación se mantenía por encima del nivel objetivo. Examinemos los impulsores clave de esta decisión, la situación macroeconómica actual y las posibles consecuencias para los mercados.
1. Enfriamiento del mercado laboral como principal desencadenante
El factor clave que impulsó a la Fed a actuar fue el debilitamiento del mercado laboral. Los datos indican un aumento del desempleo y una desaceleración en la contratación. La revisión anterior de las estadísticas de empleo, que mostró una creación de empleos significativamente menor de lo informado anteriormente, generó una preocupación especial. Esto aumentó los riesgos de recesión. En este contexto, la reducción de tasas actúa como una medida preventiva (un "corte de precaución"), destinada a evitar una caída más profunda que podría ser provocada por la continuación de una política monetaria excesivamente restrictiva.
2. Inflación: un desafío persistente pero manejable
La presión inflacionaria sigue siendo significativa, pero ha dejado de ser el principal obstáculo para la flexibilización. El índice general de precios al consumidor (IPC) en agosto fue del 2,9% en términos anuales. Sin embargo, la inflación subyacente (core CPI), excluyendo componentes volátiles (combustibles y alimentos), se mantiene en un nivel más alto: 3,1%. A pesar de que la inflación sigue estando por encima del objetivo del 2%, la trayectoria desacelerante de su crecimiento proporciona a la Fed un espacio limitado para maniobrar. El regulador podría optar por flexibilizar sin temer un estallido inflacionario inmediato, pero la resistencia del índice subyacente lo obliga a actuar con extrema cautela.
3. Señales del FOMC y expectativas del mercado: creciente divergencia
Las proyecciones de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), reflejadas en el llamado "diagrama de puntos" (dot plot), indican la posibilidad de otras dos reducciones de tasas antes de finales de 2025 y una en 2026. No obstante, dentro del comité no hay consenso: algunos miembros (los llamados "palomas") abogaron por una reducción más agresiva de 50 puntos básicos. Según los futuros de tasas, los mercados ya han incorporado en los precios dos reducciones siguientes en el año actual. Sin embargo, las expectativas de los inversores para 2026 difieren de la proyección mediana de la Fed, lo que crea potencial para la volatilidad del mercado. Un enfoque basado en datos ("data-dependent") significa que cada nuevo informe será analizado cuidadosamente para calibrar las expectativas futuras.
4. Resiliencia del consumidor como factor de apoyo
En medio del enfriamiento del mercado laboral, el sector del consumidor muestra una asombrosa resiliencia. Las ventas minoristas en agosto crecieron un 0,6%, superando las expectativas. Un crecimiento del 0,7% sin contar las ventas de automóviles indica la fortaleza de la demanda interna. Un consumidor fuerte actúa como un "colchón de seguridad" para la economía, reduciendo los riesgos de una caída abrupta. Esto permite a la Fed llevar a cabo un ajuste más suave de la política, ya que la economía muestra la capacidad de absorber los desafíos actuales sin un colapso inmediato de la demanda.
Análisis integral y posibles escenarios
A partir de los datos actuales, intentaremos destacar tres escenarios clave para el desarrollo futuro de los eventos, cada uno de los cuales depende de la futura trayectoria de la inflación y del estado del mercado laboral.
"Aterrizaje suave" (Escenario base)
Este es el escenario más probable al que se dirige la Fed. Se supone que la inflación continuará disminuyendo suavemente hacia el objetivo del 2,5%, el mercado laboral se estabilizará sin un aumento brusco del desempleo, y la demanda del consumidor se mantendrá lo suficientemente fuerte como para sostener el crecimiento. En tales condiciones, la Fed podrá implementar con confianza su plan y realizar otras dos reducciones de tasas antes de finales de 2025. Para los mercados, esto significa un entorno moderadamente positivo: los índices bursátiles mostrarán un crecimiento moderado y los rendimientos de los bonos del gobierno seguirán disminuyendo.
"Renacimiento de la inflación" (Escenario negativo)
Este escenario representa el principal riesgo. Puede ser provocado por choques externos, como un nuevo aumento de los precios de los combustibles, o factores internos, como una aceleración inesperada del crecimiento de los salarios. Si la inflación comienza a acelerarse nuevamente, la Fed se verá obligada a pausar el ciclo de flexibilización, lo que será un "ducha fría" para los mercados. Las consecuencias probables serán una corrección en los mercados de acciones, un aumento en los rendimientos de los bonos y el fortalecimiento del dólar como activo refugio.
"Desaceleración brusca" (Escenario negativo)
Un escenario negativo alternativo está relacionado con el riesgo de recesión. Si los datos del mercado laboral comienzan a empeorar significativamente más rápido de lo previsto y la confianza del consumidor cae drásticamente, esto será una señal de una recesión inminente. En tal situación, la Fed se verá obligada a actuar con mayor decisión y acelerar la reducción de tasas para apoyar la economía. La reacción de los mercados será ambivalente: los inversores comprarán bonos del gobierno, lo que llevará a un aumento de sus precios, pero los mercados de acciones probablemente caerán debido a los temores de recesión y disminución de las ganancias corporativas.
La reducción de tasas del 17 de septiembre es un movimiento táctico de la Fed, que reconoce el cambio en el equilibrio de riesgos hacia una desaceleración del crecimiento económico. Sin embargo, la alta inflación subyacente limita la libertad de acción del regulador. Así, el enfoque de los inversores se desplaza desde el mero hecho de la reducción de tasas hacia la velocidad y profundidad del futuro ciclo de flexibilización.
Indicadores clave para monitorear:
Inflación: Informes mensuales del IPC y del IPC subyacente, así como el indicador PCE preferido por la Fed.
Mercado laboral: No solo la tasa de desempleo (U-3), sino también el número de empleos creados (Non-Farm Payrolls) y los datos sobre el crecimiento de los salarios.
Expectativas del mercado: Dinámica de los futuros de tasas (por ejemplo, CME FedWatch Tool) para evaluar los sentimientos de los inversores.
Factores externos: Situación geopolítica, precios de materias primas y estado de la economía global.