El mercado respira una marea frenética, Donde la esperanza y el miedo coinciden. Un gráfico de verde, una caída repentina, Una emocionante y nauseabunda cosecha.

Los toros despiertan con un grito atronador, Y empujan a los tímidos osos a volar. Pintan las pantallas con un vibrante júbilo, Y susurran riquezas al oído.

Pero las sombras acechan, una duda susurrada, Una enorme orden de venta, temporizada y robusta. Una ballena ha despertado en profundidades desconocidas, Y sacude la fe hasta su mismo hueso.

Un destello de rojo, una caída jadeante, La ansiosa y resonante llamada de margen. Las manos de papel, en apresurada alarma, Ven cada ganancia deshecha.

Sin embargo, los veteranos observan, con café frío, una historia que tiene siglos de antigüedad. Han visto la caída, han sentido el picor, saben las canciones que cantan los FUDsters.

Ellos conocen el código, el suelo firme, donde se encuentra la verdadera utilidad. DCA y mantendrán la línea, y probarán la sal de la bruma de este día.

Porque en este caos, crudo y salvaje, yace el tenue hijo de la oportunidad. Una oportunidad para comprar la caída temerosa, con un agarre tranquilo y firme.

Así termina el día, un arte volátil, una montaña rusa del corazón. El libro se cierra, rojo y profundo, mientras los comerciantes cansados y esperanzados duermen.

Mañana trae un nuevo gráfico, una oportunidad nuevamente para desempeñar el papel. En este gran, digital, viejo oeste, en pocas palabras: es una prueba de estrés.