Gané un pequeño trato y dije:
“¡El análisis técnico me enseñó más que la universidad!”
Dibujé una tendencia, la moneda la rompió…
Dije: “¡Reprueba, chicos!”
Volví a entrar… el precio cayó como mi suerte.
Y dije: “El mercado conspira contra mí.”
¿La lección?
No toda ganancia significa que eres un analista…
A veces solo tienes suerte en un momento de calma.