Aunque la llamada telefónica del jueves entre los presidentes de China y EE.UU. ayudó a aliviar los temores inmediatos de una guerra comercial en escalada, las incertidumbres sobre los aranceles y las tensiones comerciales más amplias siguen siendo una preocupación clave para los inversores globales.
La decisión de EE.UU. de duplicar los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio al 50%, que se aplicó el miércoles, ha recibido críticas contundentes de socios comerciales clave, incluidos India, Canadá, la Unión Europea y México, todos los cuales han amenazado con medidas de represalia.
Con las negociaciones comerciales previstas para continuar la próxima semana, el riesgo de disputas prolongadas se cierne. Si las conversaciones se rompen o las tensiones se intensifican aún más, la economía global podría enfrentar nuevos vientos en contra, debilitando potencialmente los mercados de renta variable y aumentando la demanda de activos refugio como el Oro.