En un giro diplomático sorprendente, Donald Trump ha reavivado la controversia global — esta vez confrontando al presidente sudafricano Cyril Ramaphosa *cara a cara* con lo que afirma es evidencia impactante de abusos a los derechos humanos.
El momento se desarrolló a puertas cerradas en una cumbre económica de alto nivel en Dubái el 25 de mayo de 2025, pero no permaneció privado por mucho tiempo.
Según fuentes internas, Trump se acercó a Ramaphosa con un iPad en mano, mostrando un video gráfico de supuestos ataques a granjas y lo que describió como “expropiaciones de tierras respaldadas por el gobierno sin compensación.”
“No puedes ignorar esto. La gente está siendo tratada horrible”, declaró Trump, según informes.
Momentos después, el equipo de Trump publicó un comunicado:
“El presidente Trump confrontó a los líderes sudafricanos con evidencia innegable. La verdad ya no se puede ocultar.”
La reacción fue inmediata. Sudáfrica respondió, calificando la confrontación como *desinformada, alarmista e inapropiada*. La oficina de Ramaphosa insistió en que la nación sigue comprometida con *los derechos humanos y la reforma agraria legal* — y acusó a Trump de fomentar la división con desinformación.
Ahora, el mundo está observando:
* Algunos grupos de derechos humanos están pidiendo una investigación más profunda
* Las voces de la derecha están alabando la audacia de Trump
* Los críticos dicen que las imágenes carecían de contexto y arriesgaban inflamar tensiones raciales
Esta no es la primera vez que Trump ha atacado a Sudáfrica, pero podría ser su movimiento más directo hasta ahora.
¿Es este un punto de inflexión en la diplomacia internacional? ¿O otro capítulo en el legado de controversia de Trump?
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