#SaylorBTCPurchase Saylor y su compra de BTC: el amor enfermo que todos quisiéramos tener (o no)

Michael Saylor volvió a poner plata en Bitcoin, porque si algo sabe hacer este tipo es tener más confianza en un activo volátil que en su ex que nunca le contestó los mensajes. Comprar BTC con la misma pasión con la que uno le pide perdón a alguien que sabe que no va a perdonar.

Este hombre está más enganchado que yonqui en fiestón. Su cartera de bitcoins no es solo un portafolio, es casi su juguete sexual financiero: la toca, la acaricia, la mira y se excita cada vez que el precio sube, pero igual aguanta cuando le bajan el ánimo brutal, porque sabe que la verdadera satisfacción está en el aguante... o en la próxima orgía de ganancias.

Saylor no solo compra BTC, compra emociones fuertes y noches de insomnio, porque tener bitcoin es como tener una pareja que te grita “¡te dejo!” cada semana y tú igual le dices “vete, pero déjame mi cartera”. Y ahí está él, fiel como un perro, abrazando su bitcoin aunque le tire el ego al piso y le deje la cartera temblando.

En resumen: Saylor es ese tipo que en la cama financiera no se cansa de jugar duro, aunque termine con el alma y el saldo en rojo, porque sabe que en el amor y en las criptos, el que no arriesga termina solo… y sin bitcoins.

#SaylorBTCPurchase: más caliente que una noche sin condón y más doloroso que una resaca con hangover de deuda.