Los bancos tradicionales que ignoran la revolución cripto están cavando su propia tumba.
¿Por qué?
Mientras ellos dudan, instituciones financieras tecnológicas avanzan con blockchain, Web3 y criptoactivos a la velocidad de la luz.
La competencia ya no es local... ¡es digital y global!
Quedarse atrás no es una opción.
Adaptarse o desaparecer.