Jurrien Timmer, director de macroeconomía global de Fidelity, ha recomendado una estrategia de inversión 4:1 entre oro y Bitcoin, señalándolos como los activos más sólidos para preservar valor a largo plazo.
¿Por qué esta proporción 4:1?
Oro: historia, estabilidad y defensa contra la inflación.
Bitcoin: escasez digital, adopción creciente y alto potencial de crecimiento.
Timmer sugiere que esta combinación optimiza los retornos ajustados al riesgo, especialmente en entornos macroeconómicos inciertos como los actuales.
La fusión entre el valor tradicional del oro y el potencial disruptivo de Bitcoin podría ser la fórmula clave para los inversionistas que buscan blindarse ante la volatilidad y mantener poder adquisitivo a largo plazo.