Un descuido, mil millones menos: perdió su clave privada y con ella una fortuna en ETH.
El financiero estonio y fundador de LHV Bank, Rain Lõhmus, invirtió 75.000 dólares en la ICO de Ethereum en 2015. Pero hay un detalle: perdió la frase semilla de su billetera.
Hoy en esa dirección hay más de 1.110 millones de dólares. No hay acceso a los fondos, y Lõhmus fue en su momento uno de los pocos que creyeron en el futuro de las criptomonedas desde sus primeras etapas.