🤼♀️🚀🛑☢️He estado analizando varios proyectos y cada vez es más difícil para el pequeño inversor. Estamos en una verdadera selva, pero no somos el cazador, somos la presa.
Primer depredador: los Snipers. Toman posición en milésimas de segundo en el lanzamiento del contrato. Tan pronto como los pequeños inversores comienzan a construir algún movimiento sólido, ya están siendo ejecutados. Basta con que aparezca la primera vela verde y ya se puede sentir el olor del asado hecho con nuestra carne.
Segundo depredador: las Ballenas. Manipulan el gráfico, crean sensación de euforia, dan la impresión de que es un proyecto serio, listo para despegar. El pequeño inversor entra animado, pensando que ha encontrado el diamante. Pero pronto es atrapado por todos lados, desmenuzado y dejado casi moribundo, con un pequeño margen de capital.
Tercer depredador: el OTC. Silencioso, elegante y fatal. No aparece en el gráfico, no deja rastro. Negocia directamente con el dueño del proyecto, crea una ruta privada de liquidez y ejecuta todo de una sola vez. Cuando el pequeño inversor se da cuenta, ya ha perdido el 80%, el 90% o incluso el 100% del capital. Sin vela, sin alerta, solo tristeza. Parece cómico si no fuera trágico.
Y aunque sobreviva a todo esto, aún queda el último depredador: la Esperanza. Esta mantiene al inversor atrapado, creyendo que siempre existirá un nuevo pico, un nuevo respiro, un nuevo milagro. Pero ese pico nunca llega.
Al final, el mayor problema del pequeño inversor no es la compra. Es la salida, ¡recuerda, la buena ganancia es la ganancia realizada!


