A los traders que esperan el amanecer
Este camino, cubierto de soledad por el viento y la helada, ha crecido hasta el punto de que ni siquiera me atrevo a pronunciar las palabras “dar la vuelta”.
Cuando la cuenta está en positivo, el corazón ya no late con fuerza; cuando la curva desciende, ya no hay pánico. No es que sea insensible, es que finalmente comprendí: las emociones no salvan a las personas, la disciplina es lo que permite que uno se mantenga en el juego. Livermore dijo que el mercado no tiene favoritismos, pero te dirá en silencio quién eres realmente.
He pasado noches de grandes subidas y he soportado mañanas de colapso. Ahora solo queda la calma y una terquedad que no he podido tragar. Porque la respuesta siempre se esconde en el fuego.
Este camino ya es difícil y primitivo, lleno de pruebas, solo los valientes se atreven a entrar. Solo atravesando el fuego se puede encontrar la verdad. Esos miedos que atan y esas tentaciones que seducen, eventualmente serán consumidos por las llamas, y lo que quedará al final es el yo más auténtico.
Cuando se quemen las impurezas, cuando vea claramente quién soy, lo que me pertenece, eso será realmente dar la vuelta.
A todos los compañeros que todavía esperan el amanecer: el hecho de que la flor no haya florecido no significa que no esté creciendo.


