Osinachi, un artista de Lagos, crea desde hace años en su computadora.
Pero en el mundo del arte tradicional, no lograba hacerse notar.
Hasta el día en que descubre los NFTs.
Gracias a la blockchain, vende sus obras digitales a coleccionistas de todo el mundo.
Hoy en día, expone en Londres y París, sin haber dejado nunca su estudio.
Su éxito recuerda que el talento siempre encuentra un camino, cuando la tecnología abre las puertas.