Las elecciones de 2028 pueden ser un hito histórico — entre una democracia cada vez más honesta o un autoritarismo cada vez más digital.
La blockchain ofrece oportunidades extraordinarias para la transparencia, pero sin un equilibrio, puede convertirse en una pared transparente que oculta el control total de una sola mano.
El futuro político no solo está determinado por lo que está registrado en la blockchain,
sino por quién tiene el derecho de escribirlo.