Cuando entra el dinero... tu cerebro se toma un descanso pagado. Raro, ¿no? Pero es real.

Cuando estás sin dinero, tu cerebro se convierte en una fábrica de creatividad. Inventas negocios mientras duermes, tienes planes que surgen como misiles, ves oportunidades en migajas de pan. Piensas en cómo multiplicar 1000$ en 10.000$ como si tu vida dependiera de ello. Porque en realidad... tu vida depende de ello.

Pero el día en que entra el dinero, de repente, te conviertes en filósofo. Tus cuadernos de ideas desaparecen, tus noches en blanco se transforman en largas mañanas, y tus sueños se convierten en siestas. Pasas más tiempo gastando que pensando. Tu imaginación se toma una jubilación anticipada.

Resultado: el dinero que debía liberarte se convierte en tu anestésico.

Consecuencia : tú vuelves a ser pobre, pero esta vez con el arrepentimiento de haberte quedado dormido al volante de tu propio éxito.

Y hay que decir la verdad cruda: muchos de ustedes no tienen un problema de dinero. Tienen un problema de disciplina. Porque no es la pobreza la que mata, sino la pereza que se instala en cuanto la nevera está llena.

Regarde bien autour de toi :

El pobre siempre tiene un plan.

El rico de paso siempre tiene una excusa.

Y aquel que ha probado un poco de dinero cree que se ha acabado… comienza a caminar con los hombros en alto, pero su cuenta bancaria ya se arrastra por el suelo.

¿La verdadera crueldad?

No naciste para ser pobre, pero terminarás siendo pobre si tu cerebro solo está activo cuando tu estómago grita hambre. Porque el dinero ama las ideas, no a los perezosos.

Donc, retiens ça comme un tatouage mental :

Si tu genio solo se activa cuando estás en quiebra, estás condenado a permanecer en quiebra toda tu vida.

El dinero no mata las ideas. Eres tú quien mata tus ideas al dejarte mecer por la comodidad.

Moralidad: aprende a tener la misma hambre cuando tu plato está vacío y cuando está lleno. De lo contrario, pasarás tu vida inventando proyectos con el estómago vacío y enterrándolos con el estómago lleno.