Boundless ($ZKC) es un protocolo de computación de conocimiento cero universal construido para desacoplar la ejecución del consenso y permitir que cualquier blockchain o rollup externalice tareas computacionales en un mercado de pruebas descentralizado. Los desarrolladores envían solicitudes de prueba, y los nodos proveedores compiten (a través de subastas inversas) para cumplirlas, bloqueando ZKC como colateral para garantizar la entrega.
Su arquitectura se basa en un modelo de incentivo de Prueba de Trabajo Verificable (PoVW): los proveedores son recompensados en ZKC según la medida criptográfica del trabajo computacional, alineando la emisión con la actividad útil real. Cuando los proveedores no logran enviar una prueba a tiempo, una parte de su colateral bloqueado se corta y se quema, proporcionando fuertes garantías económicas.
El token ZKC es central para el protocolo. Se utiliza para staking, propuestas de gobernanza, colateral para tareas de prueba y recompensas. En el génesis del protocolo, 1 mil millones de ZKC era el suministro total de tokens, con una oferta circulante inicial de ~200.94 millones (≈ 20.09 %) al lanzamiento. Se pretende que la inflación comience en ~7 % en el año 1, disminuyendo hacia el 3 % en los años posteriores.
Boundless se lanzó formalmente el 15 de septiembre de 2025, simultáneamente con la activación de su mainnet y la inclusión de ZKC en intercambios importantes, incluyendo Binance, respaldado por una campaña de “Airdrop HODLer” de 15 millones de ZKC para los poseedores de BNB. Sin embargo, el precio del token experimentó una caída dramática (≈ 50 %) dentro de sus primeras 24 horas, impulsada en gran parte por ventas masivas de los receptores del airdrop y un alto volumen de trading posterior a la inclusión.
Desde una perspectiva de uso, a medida que más cadenas, rollups y aplicaciones recurren a Boundless para computación verificable, la cantidad de ZKC bloqueados como colateral aumentará, reduciendo efectivamente la oferta circulante y aumentando la seguridad del protocolo. Debido a que Boundless escala con el número de proveedores y pruebas, su rendimiento es teóricamente ilimitado, restringido solo por incentivos económicos y la participación en la red.
Dicho esto, hay riesgos a tener en cuenta: la inflación descontrolada podría diluir el valor del token, los desbloqueos rápidos de tokens y las ventas posteriores al airdrop pueden afectar la estabilidad del precio, los mecanismos de prueba y penalización deben permanecer seguros, y la adopción es crítica—si pocas cadenas o aplicaciones utilizan Boundless, su utilidad estará por debajo de las expectativas.
Si tiene éxito, Boundless podría convertirse en la infraestructura nativa de computación ZK de elección—permitiendo que las cadenas de bloques escalen sin reinventar los sistemas de prueba, permitiendo a los desarrolladores acceder a un mercado de pruebas compartido y habilitando aplicaciones más expresivas y ricas en computación en ecosistemas.
