A medida que la liquidez global se expande y las monedas fiduciarias enfrentan una inflación creciente, el suministro fijo de Bitcoin está emergiendo como un poderoso catalizador para un posible aumento de precio a $1 millón.
Con el comercio de Bitcoin por encima de $118,000 y consolidándose por debajo de su pico reciente, los inversores a largo plazo están centrando su atención en la característica fundamental de BTC: la escasez. Voces prominentes del mercado argumentan que el suministro limitado de Bitcoin, combinado con el creciente deterioro monetario, podría preparar el escenario para un dramático aumento en la próxima década.
El caso para que Bitcoin alcance $1 millón se basa en gran medida en su suministro fijo de 21 millones de monedas, con muchas menos realmente circulando debido a billeteras perdidas y tenedores a largo plazo.
El inversor Fred Krueger subrayó la narrativa de la escasez, explicando que llevar a Bitcoin a $1 millón requeriría solo $1 billón en capital—una cantidad que considera modesta en comparación con la expansión proyectada de la oferta de dinero global. Con la liquidez global esperada para duplicarse de $100 billones a $200 billones para 2035, los analistas argumentan que la devaluación de la moneda fiduciaria está haciendo que BTC sea cada vez más atractivo.
Los datos de River, una plataforma centrada en Bitcoin, revelan que los inversores que han mantenido BTC desde julio de 2024 han superado los retornos de las monedas fiduciarias en diez veces, reforzando el creciente atractivo de Bitcoin como cobertura contra la inflación.
Además, la relación M2 por Bitcoin a nivel global—una métrica que compara la oferta de dinero global con el suministro total de BTC—ha alcanzado un máximo de 12 años de $5.7 millones, destacando la creciente escasez del activo frente a la expansión fiduciaria.
Mientras tanto, JPMorgan y otras instituciones continúan explorando productos financieros respaldados por criptomonedas, y las tesorerías corporativas están acumulando BTC, lo que apoya la noción de Bitcoin como un activo de reserva.
El pronóstico a largo plazo de Bitcoin sigue siendo muy optimista, respaldado por cambios macroeconómicos, un mayor interés institucional y la escasez programática de Bitcoin. Si bien la resistencia a corto plazo y la debilidad en el volumen son preocupaciones válidas, muchos inversores están centrando su atención en el panorama general.