Cuando comencé a operar, no tenía ningún conocimiento sobre gráficos, velas o psicología del mercado. Enfrenté pérdidas, dudas sobre mí mismo y noches sin dormir refrescando precios cada hora. Pero nunca me rendí. Pasé meses estudiando los fundamentos de las criptomonedas, comprendiendo las acciones de precios y aprendiendo de cada pérdida. Poco a poco, mis operaciones se volvieron positivas, y me di cuenta de que operar no se trata solo de comprar bajo y vender alto, sino de paciencia, mentalidad y disciplina. Hoy, cuando veo ganancias, sonrío no por el dinero, sino porque sé cuánto trabajo duro, investigación nocturna y control emocional hubo detrás de cada operación. Si yo puedo hacerlo, tú también puedes. 💪✨