La aprobación de tres leyes en la 'Semana de las Criptomonedas' de EE. UU. marca el establecimiento sustantivo de un marco regulatorio para las criptomonedas, inaugurando una nueva era de legislación global en criptomonedas, con un profundo impacto en la dirección de la industria.
'Proyecto de Ley de Innovación Nacional de Estabilidad de Monedas de EE. UU.' ('Ley Genius'), que exige a los emisores de monedas estables obtener una licencia a nivel federal o estatal, para mantener reservas en efectivo en dólares, depósitos bancarios o bonos del tesoro estadounidense a corto plazo en una proporción de 1:1, mejorando la seguridad de los fondos, incorporando los activos digitales al sistema de crédito soberano de EE. UU., consolidando la hegemonía del dólar en la era digital, creando demanda de bonos del tesoro de EE. UU. y ayudando a resolver la crisis de deuda.
'Proyecto de Ley de Claridad del Mercado de Activos Digitales' ('Ley de Claridad'), que aclara la naturaleza de las criptomonedas como mercancías, definiendo la división de supervisión entre la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC), debilitando el poder regulatorio de la SEC y proporcionando reglas claras para el mercado de criptomonedas.
'Proyecto de Ley Nacional de Monitoreo de la Moneda Digital del Banco Central' ('Proyecto de Ley Anti-CBDC'), que prohíbe a la Reserva Federal emitir monedas digitales de banco central al por menor sin autorización, protegiendo la privacidad y libertad financiera de los ciudadanos, y construyendo un 'muro de protección' para las criptomonedas.
La aprobación de estas tres leyes ha fortalecido la legitimidad del mercado de criptomonedas, aumentando la confianza de los inversores y promoviendo el aumento de precios, llevando a un repunte colectivo de las criptomonedas. También ha impulsado un cambio en la competencia de la industria, eliminando a los pequeños emisores debido a los costos de cumplimiento, mientras que los gigantes podrían dividir el mercado. La ola regulatoria global resuena, y los países aceleran la mejora de sus marcos regulatorios, llevando a la industria hacia un período dorado de cumplimiento, con la expectativa de atraer más fondos tradicionales al mercado y promover la integración de las criptomonedas en el sistema financiero mainstream.