El trading comenzó como una descarga de adrenalina. Recuerdo la primera vez que vi un pump de una moneda—mis instintos gritaron: “¡Compra ahora!” Lo hice. Luego bajó. Entré en pánico. Vendí con pérdidas. Solo para ver cómo volvía a subir un día después. Era un ciclo: **FOMO dentro, miedo fuera.** La codicia me engañó para que persiguiera los máximos, y el miedo me empujó a salir de los mínimos. No estaba operando—estaba reaccionando.

Después de una serie de pérdidas dolorosas, di un paso atrás. Fue entonces cuando comenzó el verdadero viaje.

Comencé a registrar cada operación—lo que vi, lo que sentí, y por qué actué. Me di cuenta de que estaba operando en exceso, careciendo de un plan de riesgos, y ignorando señales técnicas clave. Así que desaceleré.

Aprendí a trazar zonas de soporte y resistencia. Realicé pruebas retrospectivas de estrategias simples de cruce de medias móviles. Comencé a utilizar la **regla de riesgo/recompensa de 1:2** de manera religiosa y mantuve los tamaños de posición pequeños—nada de todo en la esperanza. Cambié de observar los pumps de precios a **entender la estructura del mercado**, el volumen y la confluencia.

Ahora, espero confirmaciones. Planifico la operación, luego opero el plan. Ya no persigo pumps—sigo probabilidades. Ya no estoy regido por el miedo o la codicia. Estoy regido por datos, disciplina y paciencia.

Ese cambio de mentalidad no solo mejoró mis resultados—me dio paz.

#MyStrategyEvolution