Al comienzo de mi trayectoria en el trading, solo confiaba en indicadores clásicos y análisis aleatorio. Pensaba que las ganancias venían por suerte o siguiendo las recomendaciones de otros. Pero con el tiempo, comencé a notar un patrón claro en mis transacciones perdedoras: la falta de metodología. Y así comenzó mi verdadero viaje en el desarrollo de mi propia estrategia.
Aprendí a leer el precio con ojos claros, cómo identificar áreas de liquidez, y dónde podría haber un cambio real en la tendencia. Comencé a evaluar cada operación basándome en un plan claro, con una gestión de riesgos estricta y objetivos específicos. La evolución no fue rápida, pero fue constante.
La estrategia de hoy no es igual a la de ayer, y cada error anterior fue un paso hacia algo mejor. Y este viaje aún continúa.