China ha comenzado a cortar las exportaciones de siete elementos de tierras raras junto con los imanes de alta potencia fabricados a partir de ellos, apuntando a las industrias globales que dependen de estos materiales esenciales. Estos elementos son fundamentales para el funcionamiento de misiles, aviones de combate, drones, submarinos, vehículos eléctricos, centros de datos, turbinas eólicas y todo el proceso de transición a energía limpia. La interrupción del suministro se ha utilizado como un arma, exponiendo el profundo nivel de dependencia de Estados Unidos y del mundo en el suministro de China.
Esto no sorprende a Estados Unidos, ya que Washington ha estado consciente de este riesgo durante casi dos décadas. Desde los líderes del partido Demócrata hasta los Republicanos, todos comprenden que la cadena de suministro de elementos de tierras raras es demasiado frágil y depende del control de Pekín. Sin embargo, las administraciones anteriores se limitaron principalmente a emitir mensajes y organizar foros sin tomar ninguna acción concreta para abordar el problema. Actualmente, las consecuencias son evidentes: demoras en la producción, dificultades para la industria de defensa, caos en la cadena de suministro, lo que hace que Estados Unidos sea extremadamente vulnerable.
Infraestructura de exportación de elementos de tierras raras y datos comerciales que China exige a las empresas estadounidenses.
Después de las negociaciones comerciales de alto nivel en Londres, China anunció que continuará otorgando licencias para exportar elementos de tierras raras, pero solo limitará esto a los próximos seis meses. Los detalles sobre los términos del acuerdo siguen siendo confidenciales, y ninguna agencia en Washington ha explicado públicamente qué concesiones o beneficios se han intercambiado por esta concesión. Aunque los funcionarios estadounidenses llaman a esto un éxito diplomático, la realidad muestra que la falta de transparencia y confianza ha llevado a una situación inestable a largo plazo.
Mientras tanto, las empresas estadounidenses han sentido las consecuencias de manera directa. Ford tuvo que cerrar su planta en Chicago debido a la falta de imanes, un material necesario para la producción de vehículos eléctricos, principalmente debido a la congelación de la cadena de suministro. La situación ya no es teoría, sino que está ocurriendo en Estados Unidos. Las políticas, aunque se llaman éxitos, no abordan el problema de raíz: la falta de confianza, transparencia y políticas a largo plazo.
Además, el proceso de solicitud de licencias de exportación de China actualmente obliga a las empresas europeas y de América del Norte a proporcionar una serie de datos sensibles, como especificaciones de producción, documentos de uso final, nombres de clientes, imágenes de las instalaciones de producción y registros de transacciones anteriores. Muchos casos son rechazados para obtener licencias si no se presentan suficientes imágenes justificativas. Este fenómeno es denominado por los expertos como 'extracción de información oficial', es decir, Pekín aprovecha la burocracia para recopilar secretos comerciales.
Particularmente para los contratistas de defensa, esto se convierte en una grave amenaza para la seguridad de la información. Si una empresa comete un descuido y no proporciona suficientes detalles, se enfrentará a demoras indefinidas. Por el contrario, si se proporciona demasiada información, existe el riesgo de exponer tecnología o devaluar productos. Es notable que las empresas vinculadas al sector de defensa están completamente excluidas de este acuerdo de licencias, lo que aumenta aún más las barreras para acceder a materias primas esenciales.
Resumen de las políticas y reacciones de Estados Unidos para garantizar el suministro de elementos de tierras raras.
La situación actual no es resultado de la casualidad. En 2010, China detuvo las exportaciones de elementos de tierras raras a Japón en el contexto de una disputa en el mar. Esta fue la primera advertencia sobre la vulnerabilidad de la cadena de suministro global. En 2014, la administración de Barack Obama ganó un caso en la OMC contra las restricciones de exportación de China, pero erróneamente pensó que la presión legal sería suficiente para prevenir manipulaciones en el futuro.
Durante el primer mandato de Donald Trump, su equipo comercial identificó los elementos de tierras raras como recursos estratégicos, pero aparentemente no los incluyó en la lista de aranceles de 2018 para evitar la pérdida de suministro. En ese momento, esto podría entenderse como un reconocimiento de que Estados Unidos no podía renunciar fácilmente a este material crítico. La administración de Joe Biden ha adoptado un enfoque más sistemático con medidas como la Orden Ejecutiva 14017, la formación del Grupo de Trabajo de Minerales Estratégicos, la asignación de fondos de la ley IIJA y IRA, así como esfuerzos diplomáticos como la Asociación de Seguridad de Minerales. Sin embargo, el progreso sigue estancado debido a la prolongada burocracia de licencias, la indecisión de los socios internacionales y la lenta implementación de proyectos de extracción.
En este momento, la administración Trump intensificó las acciones en su regreso a la Casa Blanca. Utilizó la Sección 232 para elevar el tema, activó la Ley de Producción de Defensa y propuso un fuerte aumento del presupuesto para 2026. Su equipo también estableció el Consejo de Gobernanza de Energía Nacional para coordinar la gestión. Sin embargo, China sigue teniendo la iniciativa. La industria de defensa de Estados Unidos aún está bloqueada para acceder a las materias primas clave y el problema fundamental sigue sin resolverse.
La reacción y estrategia de los socios internacionales ante la influencia de China sobre los elementos de tierras raras.
Además de Estados Unidos, muchos otros países también están advirtiendo sobre el riesgo de que China utilice los elementos de tierras raras como una herramienta política. En la cumbre del G7 celebrada en Canadá, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó abiertamente a China de 'armar' el control de minerales raros y pidió una solidaridad global. El grupo del G7 ha anunciado un Plan de Acción de Minerales Estratégicos con el objetivo de aumentar el reciclaje, establecer nuevos estándares de suministro y cofinanciar la investigación en tecnología de refinación, sustitución de materias primas.
La reacción de China a este plan ha sido muy contundente y rápida. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China lo calificó como 'una excusa encubierta para el proteccionismo', advirtiendo que el G7 está intentando aislar a Pekín para mantener su posición dominante en el comercio global. Al mismo tiempo, la Unión Europea afirmó que las negociaciones comerciales con China están estancadas y advirtió sobre el riesgo de represalias en un futuro cercano. Si esto ocurre, China podría accidentalmente acercar a Europa, India, Corea del Sur y Japón más a Washington en una nueva alianza estratégica.
El control del suministro de elementos de tierras raras no solo afecta a la industria, sino que también tiene un impacto profundo en la seguridad nacional y la posición geopolítica global. Estados Unidos y sus socios deben aumentar la cooperación, diversificar la cadena de suministro y acelerar la investigación de alternativas para reducir la peligrosa dependencia de un solo país. La transparencia y una estrategia sostenible son clave para proteger la seguridad industrial y de defensa en el contexto actual de volátiles cambios geopolíticos.
Fuente: https://tintucbitcoin.com/trung-quoc-thieu-dat-hiem-my-gap-rut-du-tru/
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