Vladimir Putin y Donald Trump tuvieron una llamada telefónica de 50 minutos el 14 de junio, discutiendo la guerra en escalada entre Israel e Irán, mientras la infraestructura energética en la región recibía impactos directos de los ataques militares.
La llamada fue confirmada por el Kremlin y se produjo justo después de que Israel lanzara una campaña aérea a gran escala conocida como Operación León Ascendente.
Según TASS, Yury Ushakov de Rusia, quien se desempeña como el principal asistente de política exterior de Vladimir Putin, informó a los periodistas después de la llamada y dijo que Moscú había advertido a Washington mucho antes de que comenzara la violencia.
Ushakov dijo: “El presidente ruso recordó que nuestra parte propuso pasos concretos antes de la actual escalada, que estaban destinados a encontrar acuerdos mutuamente aceptables en las negociaciones en curso entre representantes de Estados Unidos e Irán sobre el programa nuclear iraní.”
Agregó: “El enfoque principista de Rusia y el interés en un acuerdo permanecen sin cambios y, como señaló Vladimir Putin, continuaremos actuando sobre esta base.”
Israel ataca sitios nucleares iraníes con 200 jets.
El ejército israelí abrió la ofensiva en la noche del 13 de junio, desplegando 200 aviones de combate para atacar más de 100 ubicaciones dentro de Irán, incluidas instalaciones de investigación nuclear sospechosas. Esto marcó una de las campañas de bombardeo aéreo más grandes en la región desde 2006.
Los funcionarios israelíes no dieron una lista completa de objetivos, pero confirmaron que el objetivo era dañar directamente las capacidades nucleares de Irán. La respuesta de Teherán llegó solo unas horas después.
Esa noche, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán disparó salvas de misiles hacia Israel, alcanzando varias ubicaciones. Entre ellas estaban bases aéreas militares, y uno de los misiles supuestamente golpeó el edificio del Ministerio de Defensa israelí en Tel Aviv.
Los funcionarios israelíes reconocieron que, si bien algunas instalaciones fueron dañadas, el sistema de defensa Cúpula de Hierro interceptó la mayoría de los proyectiles entrantes.
El creciente intercambio entre los dos países ya ha afectado los mercados energéticos globales. Kalshi, una plataforma de predicciones que rastrea el riesgo financiero, pronosticó que los precios del petróleo podrían alcanzar hasta $94.10 por barril dentro del año debido a la interrupción de la infraestructura petrolera iraní. Los inversores globales se están preparando para posibles efectos inflacionarios que podrían repercutir en múltiples economías.
Irán amenaza bases militares estadounidenses mientras los mercados tambalean.
El 14 de junio, Fars News, que opera bajo la red de medios estatales de Irán, informó que altos funcionarios militares iraníes advirtieron que la lucha se expandirá para incluir bases militares estadounidenses estacionadas en todo el Medio Oriente.
Aunque no se dio un cronograma, el informe indicó que Teherán considera a las fuerzas estadounidenses objetivos militares legítimos si Washington es visto como respaldo a los ataques israelíes.
El índice S&P 500, un indicador clave para las acciones estadounidenses, reflejó la ansiedad del mercado. El viernes, cayó un 1.1% y cerró la semana con una caída del 0.4%. Para contextualizar, esos números no fueron suficientes para causar una corrección completa, pero sí mostraron un raro fallo en la estrategia habitual del mercado: comprar en la caída matutina.
El índice se mantuvo justo por encima de su promedio de 20 días, un nivel de tendencia que a menudo se utiliza como una línea de defensa psicológica para los comerciantes. Una ruptura por debajo de ese nivel, seguida de otra caída del 3%, aún caería dentro del rango “normal” de retrocesos en un mercado alcista.
Pero dado el clima geopolítico, esos números pueden no mantenerse rutinarios por mucho tiempo. Los analistas están observando el mercado de cerca, no solo por movimientos de precios, sino por cambios en el comportamiento.
En los últimos meses, el S&P 500 ha estado experimentando una de las recuperaciones más fuertes después de una corrección de más del 15%, mostrando retrocesos ajustados y compras agresivas en debilidad.
Ese patrón puede ser más difícil de mantener si la guerra en Medio Oriente se extiende hasta julio o si Irán cumple con las amenazas contra las tropas estadounidenses.
Hasta ahora, no hay indicios de la Casa Blanca sobre cómo responderá Trump si se atacan activos estadounidenses. Aunque el Pentágono no ha emitido declaraciones públicas, los informantes esperan que el ejército eleve los niveles de amenaza en todas las bases en las regiones del Golfo y el Mar Rojo.
El lado de Trump no ha emitido su propia declaración, dejando la versión de Rusia de la llamada como la única narrativa oficial.
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