El 3 de junio, 661,113 SOL fueron transferidos, por un valor de 106 millones de dólares. Este movimiento masivo entre dos carteras anónimas agitó inmediatamente los círculos cripto. Para algunos, anunciaba una caída, para otros un reinicio.
El precio de Solana reaccionó de inmediato. Tras una caída por debajo de los 150 dólares, la cripto tocó un soporte técnico en 140 dólares. Desde entonces, se vislumbra un rebote. Según los analistas, la siguiente resistencia está en 160 dólares. Esto podría validar un giro alcista.
«« El precio de Solana rebotó desde la banda inferior de Bollinger y el retroceso Fibonacci del 50 %», explica un informe de análisis técnico. La zona de los 140 dólares ya ha cumplido ese papel de soporte en varias ocasiones.
Desde un punto de vista fundamental, no hay un factor concreto que explique esta transferencia. Pero el efecto psicológico sobre el mercado sigue siendo poderoso. En este clima, Ethereum permanece como el indicador de referencia. Y aunque Ethereum no fue directamente impactado, la contagio sigue siendo posible.
El mercado cripto sigue sensible a los movimientos de las ballenas. La vigilancia de estas transacciones se vuelve indispensable para comprender las futuras sacudidas. Ethereum, Solana y otros tokens principales suelen reaccionar por efecto de mimetismo.
El 4 de junio, el mercado cripto experimentó una ola de liquidaciones, pero ninguna tan violenta como la de XRP. En una hora, una explosión del 721.735 % en liquidaciones largas barrió 474,000 dólares de posiciones alcistas. Este movimiento brutal transformó un simple alza en una carnicería.
XRP subió brevemente de 2.27 $ a 2.36 $, antes de caer por debajo de 2.29 $ – actualmente está en 2.26 $.