Según Odaily, la exmiembro del comité del Banco de Japón Sayuri Shirai ha indicado que si el banco tiene la intención de aumentar las tasas de interés aún más, puede que necesite actuar dentro de este año, o se perderá la oportunidad. La débil demanda interna en Japón proporciona una justificación insuficiente para un aumento de tasas, y si la inflación cae por debajo del objetivo del 2% del banco, avanzar en los aumentos de tasas se volverá más complicado. Shirai declaró: "El Banco de Japón podría desear normalizar la política mientras pueda, incluso si solo es para corregir ligeramente la depreciación excesiva del yen. Sin embargo, la economía de Japón es demasiado débil, y la frágil demanda interna es incompatible con un camino de aumento de tasas." A pesar de las señales positivas en el crecimiento salarial de Japón, la inflación persistente está suprimiendo el gasto de los hogares. Los datos recientes del gobierno muestran que el consumo privado se mantuvo plano de enero a marzo. El banco central pronostica que la inflación del consumidor disminuirá a menos del 2% a partir del próximo año fiscal que comienza en abril de 2026 y en los años posteriores, lo que Shirai cree que complicará las decisiones de aumento de tasas adicionales. Los vientos en contra del crecimiento también se están intensificando, con Japón enfrentando el riesgo de una recesión técnica tras la contracción económica en el primer trimestre y una caída en las exportaciones a EE. UU. en abril por primera vez en cuatro meses, destacando el impacto de los altos aranceles.