
El prolongado caso legal entre Ripple Labs y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) ha vivido un nuevo giro inesperado. A pesar de que ambas partes parecían haber alcanzado una conciliación para poner punto final al litigio, la jueza Analisa Torres del Tribunal de Distrito del Sur de Nueva York rechazó la moción conjunta. ¿El motivo? Un tecnicismo procesal que, aunque no cambia el fondo del caso, sí retrasa una resolución definitiva.
Este contratiempo procesal no solo representa una piedra en el zapato para Ripple, sino que mantiene en vilo a una comunidad que esperaba ver un cierre definitivo y favorable a la empresa.
Pero ¿qué implica este rechazo? ¿Cuáles son las implicaciones para XRP y el ecosistema cripto en general? Aquí te lo explicamos a fondo.
La raíz del conflicto: Ripple vs. SEC
Para comprender el trasfondo, debemos remontarnos a diciembre de 2020. En ese momento, la SEC demandó a Ripple Labs, acusándola de haber realizado una oferta de valores no registrada mediante la venta de XRP.
Este argumento colocó en jaque a una de las criptomonedas más longevas y conocidas del ecosistema. Ripple, sin embargo, se defendió argumentando que XRP no era un valor (security) y por lo tanto no estaba bajo la jurisdicción de la SEC.
Durante tres años, el caso se fue transformando en un campo de batalla crucial para definir cómo se regularán las criptomonedas en Estados Unidos. ¿Es XRP un valor? ¿Tiene la SEC autoridad para fiscalizar todos los tokens? Estas preguntas han mantenido la atención tanto de legisladores como de inversionistas.
El fallo de 2023: una victoria parcial para Ripple
En julio de 2023, la jueza Analisa Torres emitió un fallo que fue considerado una victoria parcial para Ripple. Determinó que las ventas de XRP realizadas a través de exchanges y otras plataformas programadas no constituían ofertas de valores. Sin embargo, sí dictaminó que las ventas institucionales de XRP (es decir, las ventas dirigidas directamente a grandes inversionistas) violaban la Ley de Valores.
Esta decisión marcó un punto de inflexión. Ripple debía pagar una multa de USD 125 millones por dichas ventas, pero al mismo tiempo quedaba liberada para seguir operando en exchanges sin necesidad de registrar XRP como un valor. Este fallo generó entusiasmo en los mercados, elevando el precio de XRP y consolidando el apoyo a la empresa en la comunidad cripto.
¿Un acuerdo frustrado?
A principios de 2025, Ripple anunció que la SEC, ya bajo una nueva administración más abierta al ecosistema cripto, tenía la intención de cerrar el caso definitivamente. Las partes negociaron una reducción en la multa a USD 50 millones y solicitaron al tribunal anular la orden judicial que restringía ciertas actividades de Ripple.
Todo parecía encaminado hacia un cierre exitoso. Sin embargo, la jueza Torres rechazó la moción alegando que era «procesalmente impropia». Según su razonamiento, dicha solicitud debía presentarse bajo la Regla 60 del Código Federal de Procedimientos Civiles, que solo permite modificar un fallo final bajo “circunstancias excepcionales”.
Esto no significa que la jueza cuestione el fondo del acuerdo ni que haya revertido decisiones anteriores. Más bien, indica que ambas partes deberán presentar su moción de otra manera, cumpliendo con las formalidades requeridas por la ley procesal.

Ripple reafirma su posición: “XRP no es un valor”
Poco después del rechazo, Stuart Alderoty, director legal de Ripple, publicó un comunicado en su cuenta oficial de X (antes Twitter), asegurando que este tropiezo no altera la esencia de lo que ya se ha ganado en la corte: que XRP no es un valor.
Subrayó que ambas partes —Ripple y la SEC— continúan alineadas para resolver el caso, y que el proceso seguirá su curso legal. Esto fue visto como una señal positiva, indicando que no hay intención de reabrir completamente el litigio, sino de reformular el procedimiento legal conforme a las exigencias de la jueza.
¿Qué impacto tiene esto sobre XRP?
Desde el punto de vista del mercado, XRP se ha mostrado resistente ante este nuevo obstáculo. Al momento de redactar este artículo, su precio se mantiene cerca de los USD 2,43, con una apreciación superior al 115 % en los últimos seis meses, de acuerdo con datos de TradingView.
Este rendimiento ha sido impulsado no solo por el progreso legal de Ripple, sino también por factores macroeconómicos, alianzas estratégicas y el renovado optimismo en torno a la adopción institucional del ecosistema cripto. Muchos analistas consideran que, una vez que el caso se cierre por completo, XRP podría iniciar una nueva etapa de crecimiento acelerado.
¿Qué sigue para Ripple y la SEC?
La situación actual obliga a ambas partes a replantear su estrategia. Ripple y la SEC pueden volver a presentar su acuerdo, esta vez siguiendo la Regla 60 y argumentando adecuadamente las “circunstancias excepcionales” que justifican la modificación del fallo original.
Otra opción sería negociar un nuevo marco de resolución que incluya compromisos adicionales, como restricciones comerciales o planes de cumplimiento regulatorio, para satisfacer los estándares del tribunal.
Mientras tanto, la orden judicial vigente limita la capacidad de Ripple de vender XRP directamente a instituciones, lo cual continúa representando un reto operativo. Sin embargo, el fallo de 2023 permite que la empresa mantenga su actividad en plataformas centralizadas y descentralizadas para el público general.
Repercusiones más allá de Ripple
El caso Ripple vs. SEC ha tenido un alcance que trasciende a la empresa en sí. Ha servido como referencia para otras disputas regulatorias que involucran tokens como SOL, ADA y MATIC, que también han sido señalados por la SEC en otras acciones.
Una resolución final favorable para Ripple podría sentar un precedente legal clave y limitar el alcance de la SEC sobre la industria cripto. Esto fortalecería la posición de muchas empresas que operan en Estados Unidos, impulsando la innovación y la confianza en el ecosistema.
Por el contrario, si la jueza o una corte superior decidieran revertir partes del fallo favorable, eso podría aumentar la presión regulatoria sobre el resto del mercado y poner en entredicho modelos de negocio actualmente vigentes.

El mercado espera claridad
Mientras tanto, el mercado sigue expectante. Inversores institucionales y minoristas analizan con lupa cada movimiento del caso. Las plataformas de análisis y los fondos de cobertura ajustan sus estrategias según las señales que emergen del proceso judicial.
Este clima de incertidumbre mantiene el volumen de negociación de $XRP en niveles altos, y aunque ha habido picos de volatilidad, el soporte técnico alrededor de los USD 2 parece mantenerse sólido.
Además, el ambiente político también juega un papel importante. Con la llegada de una administración más favorable a los activos digitales en EE.UU., se espera que las agencias como la SEC adopten una postura más equilibrada, abriendo la puerta a una regulación más clara y menos litigiosa.
Ripple avanza, aunque el camino sigue empedrado
La reciente decisión de la jueza Analisa Torres no es un revés definitivo para Ripple, sino una llamada de atención para seguir los cauces legales correctamente. Lo ganado hasta ahora sigue en pie, especialmente el reconocimiento de que XRP no es un valor cuando se vende en mercados secundarios. No obstante, el cierre formal del caso sigue en suspenso.
Para los seguidores de XRP y observadores del ecosistema cripto, este episodio es una muestra más de que la madurez legal de las criptomonedas aún está en construcción. La falta de marcos regulatorios claros obliga a las empresas a navegar un terreno incierto, donde las decisiones judiciales tienen un impacto desproporcionado.
El desenlace aún está por escribirse, pero lo cierto es que Ripple ha ganado mucho más de lo que ha perdido hasta ahora. Y si logra presentar correctamente su nueva moción, podría finalmente cerrar este capítulo legal con una victoria total que marcaría historia para toda la industria cripto.