Ethereum sigue dominando la DeFi con un 50 a 60 % del valor total bloqueado (TVL), cerca de 80 mil millones de dólares. Pero la Fundación apunta más alto. «Asegurar miles de miles de millones requiere una reforma sistémica, no parches», afirma Stark con vehemencia. Un mensaje claro: la era de los compromisos ha terminado.
Al fortalecer así su infraestructura y transparencia, Ethereum consolida su ventaja frente a competidores como Solana o Cardano. Ahora falta garantizar una implementación rápida y una colaboración estrecha con la comunidad para convertir esta ambición en realidad.
Durante meses, Ethereum pareció agotado. Tráfico mínimo, casos de uso limitados, Layer 2 maltratados por una experiencia de usuario caótica… La red tenía dificultades para cumplir su promesa inicial. La actualización Pectra, implementada en mayo, cambió las reglas del juego. Más que un simple parche, simboliza un renacimiento.
En el corazón de esta actualización, tres innovaciones importantes: las cuentas externas transformadas en contratos inteligentes (ERC-4337), los límites de staking ampliados y la introducción de data blobs.
Concretamente, estos blobs aumentan la capacidad de procesamiento de datos por bloque, combinando velocidad y costes reducidos. ¿Resultado? El precio de la criptomoneda ETH ha subido un 43 % en una semana, señal de una confianza recuperada.
Con la Iniciativa de un Trillón de Dólares y Pectra, Ethereum juega simultáneamente en dos tableros: la sostenibilidad y la innovación. Estos proyectos no son simples actualizaciones, sino actos fundacionales para un futuro donde la cripto trascienda su fama de Far West digital.