$BTC
A diferencia de la Fed, que sigue operando bajo un régimen de «esperar y ver» frente a una economía con señales mixtas, bitcoin no titubea. No puede hacerlo. Está programado para seguir su rumbo, halving tras halving, bloque tras bloque.
Hoy la Reserva Federal enfrenta una disyuntiva complicada: la economía estadounidense muestra fortaleza en el empleo, pero también señales de inflación persistente debido a políticas comerciales agresivas como los aranceles a importaciones impuestos por la administración Trump. Eso deja a Powell entre la espada de un recorte de tasas de interés y la pared de una inflación que aún no cede. La respuesta institucional a esa encrucijada aparentemente será —una vez más— el inmovilismo.
Bitcoin, en cambio, no tiene ese problema. Su política monetaria no necesita adaptarse a los ciclos. No hay un Powell que decida cuándo imprimir más o cuándo endurecer. No hay comité. No hay votos. Pero sí hay un persistente camino alcista. Y por eso, muchos inversionistas de largo plazo han comprendido que cada corrección es, en realidad, una oportunidad de acumulación.