Según Cointelegraph, el principal funcionario de aplicación de la ley del Buró de Protección Financiera del Consumidor de EE. UU. (CFPB) ha renunciado, citando los importantes desafíos planteados por las políticas de la administración Trump. Cara Petersen, la directora de aplicación interina, expresó sus preocupaciones en un correo electrónico de despedida, destacando los esfuerzos de la administración para reducir drásticamente la fuerza laboral de la agencia en un 90%. Esto, argumentó, ha obstaculizado gravemente la misión del CFPB de garantizar transparencia, equidad y competitividad en los productos financieros para los consumidores. Petersen, quien ha servido bajo todos los directores en la historia de la agencia, describió la situación actual como sin precedentes, con la función de aplicación siendo desmantelada a través de reducciones de personal, desestimaciones de casos y la terminación de acuerdos negociados.

El CFPB fue establecido tras la crisis financiera de 2008 para regular las empresas financieras y prevenir prácticas abusivas. También aborda quejas relacionadas con los intercambios de criptomonedas en EE. UU. Un CFPB debilitado podría resultar en menos supervisión y mayor incertidumbre en la industria de criptomonedas, donde el fraude y las estafas son prevalentes. El desmantelamiento del CFPB refleja una tendencia más amplia de imprevisibilidad regulatoria bajo el presidente de EE. UU. Donald Trump, similar a sus políticas arancelarias inconsistentes que han dejado a las empresas de minería de criptomonedas con sede en EE. UU. inciertas sobre sus operaciones y gestión de la cadena de suministro. Petersen criticó a Trump por carecer de intención de hacer cumplir la ley de manera efectiva.

La efectividad del CFPB ha sido un punto de controversia entre republicanos y demócratas. Muchos republicanos ven a la agencia como demasiado poderosa con una supervisión insuficiente, mientras que los demócratas la consideran crucial para la protección del consumidor y la regulación del mercado financiero. El director de la Oficina de Administración y Presupuesto nombrado por Trump, Russell Vought, también ha desestimado casos significativos contra grandes corporaciones como Walmart y Capital One, señalando un posible retroceso en la responsabilidad corporativa y la protección del consumidor.

La legalidad de las acciones de la administración Trump está actualmente bajo revisión por un tribunal de apelaciones federal en Washington, D.C. El tribunal está considerando si la administración puede anular una orden judicial que limita la capacidad del CFPB para despedir a la mayor parte de su personal. Entre 1,400 y 1,500 empleados del CFPB recibieron avisos de despido a mediados de abril como parte de los esfuerzos más amplios de reducción de personal del gobierno de Trump. Sin embargo, la jueza Amy Berman Jackson ha bloqueado temporalmente estos despidos, a la espera de más procedimientos legales.