Según Cointelegraph, la firma de seguridad blockchain Dedaub publicó un informe detallado tras el hackeo del exchange descentralizado Cetus, señalando la vulnerabilidad de los parámetros de liquidez como la causa principal. El ataque se vio facilitado por una falla en el código del creador de mercado automatizado (AMM), concretamente un descuido en la comprobación de los bits más significativos (MSB). Esta vulnerabilidad permitió a los hackers manipular significativamente los valores de liquidez, lo que les permitió establecer grandes posiciones con una mínima cantidad de tokens y, posteriormente, vaciar pools que contenían cientos de millones de dólares en tokens.
El incidente pone de manifiesto la creciente preocupación en los sectores de las criptomonedas y la Web3 con respecto a las vulnerabilidades de ciberseguridad. Los líderes del sector han enfatizado repetidamente la necesidad de contar con medidas de seguridad robustas para proteger a los usuarios y evitar la intervención regulatoria. El hackeo, ocurrido el 22 de mayo, provocó pérdidas de 223 millones de dólares para los usuarios de Cetus en tan solo 24 horas. En respuesta, Cetus y la Fundación Sui anunciaron que los validadores de la red Sui lograron congelar una parte sustancial de los activos robados, por un total de 163 millones de dólares, ese mismo día.
Sin embargo, la decisión de congelar estos fondos ha generado debate en la comunidad cripto. Los defensores de la descentralización han criticado la medida, argumentando que contradice los principios fundamentales de la tecnología blockchain. Los críticos afirman que la intervención de los validadores de Sui representa un cambio hacia la centralización, socavando el espíritu descentralizado que muchos proyectos Web3 afirman defender. Esta opinión fue compartida por los usuarios en redes sociales, con una publicación en X que afirmaba que las acciones de los validadores transforman la red en una base de datos centralizada y con permisos. Steve Bowyer, en una publicación del 23 de mayo, señaló la ironía de que los proyectos Web3 respaldados por inversores de capital riesgo se inclinen por la centralización a pesar de su supuesta alineación con la filosofía descentralizada de Bitcoin.