Así que, finalmente compraste esa nueva altcoin brillante de la que te habló el paseador de perros del primo de tu amigo. Tenía un nombre pegajoso, cero utilidad, y un logo que parecía un meme de 2012. Pero hey — subió un 400% la semana pasada, así que tenía que seguir subiendo, ¿verdad?
Bienvenido a cripto — donde los fundamentos son opcionales, los memes son evangelio, y la única regla real es: compra alto, vende crisis existencial.
Seamos honestos. No hiciste DYOR (haz tu propia investigación). Te lanzaste a un grupo de Telegram lleno de emojis de cohetes y frases como “$100 pronto” y “No te pierdas este tiro a la luna.” Lo siguiente que sabes, tu cartera es más roja que la cara de tu tío en Acción de Gracias cuando alguien menciona impuestos.