Según BlockBeats, tras una disputa entre el presidente de EE. UU., Donald Trump, y Elon Musk, representantes de la NASA y el Pentágono han instado a los competidores de SpaceX a acelerar el desarrollo de cohetes y naves espaciales alternativas. The Washington Post informa que funcionarios del gobierno se han puesto en contacto con al menos tres empresas espaciales comerciales—Rocket Lab, Stoke Space y Blue Origin—para preguntar sobre el estado de sus cohetes y su disponibilidad para misiones gubernamentales.

Musk había sugerido anteriormente la posibilidad de detener los vuelos de la nave espacial "Dragon", lo que interrumpiría la capacidad de la NASA para transportar astronautas hacia y desde la Estación Espacial Internacional. Aunque Musk más tarde retractó esta amenaza, su declaración inicial generó preocupaciones entre los funcionarios de la NASA. El Pentágono también depende en gran medida de SpaceX para lanzar sus satélites críticos.