A veces nos dejamos llevar por el “FOMO” de las nuevas monedas porque su gráfica se ve prometedora o porque alguien dijo que “esta va a explotar”...
Pero si lo que estás buscando es operar con más claridad y menos sustos, es clave empezar con lo básico: la historia que el gráfico te cuenta.
🧱 1. Que tenga mínimo 6 meses de historial
Si apenas acaba de salir, no hay suficiente información para entender cómo se comporta.
Es como tratar de conocer a alguien en la primera cita y tomar decisiones importantes de inmediato.
Mientras más datos tenga el gráfico, más elementos tienes para hacer un análisis con criterio.
📊 2. Que tenga buen volumen
El volumen es como la energía del mercado.
Cuando una moneda se mueve con fuerza pero nadie más está participando, cualquier orden grande puede mover el precio de forma absurda.
Eso vuelve inestable tu análisis, tu entrada y sobre todo… tu confianza.
Asegúrate de que haya suficiente movimiento real, no solo velas bonitas.
🧭 3. Que tenga soportes y resistencias claras
Esto te permite identificar zonas clave para entrar, salir o ajustar tu estrategia.
Cuando no hay estructura, no hay puntos de referencia… y terminas operando con el estómago más que con el análisis.
Un gráfico que ha reaccionado varias veces en ciertas zonas te da pistas claras de dónde poner tus niveles.
🔁 4. Que muestre una estructura de mercado reconocible
No necesitas que esté en tendencia alcista, pero sí que se entienda qué está haciendo.
¿Está consolidando? ¿Cambiando de dirección? ¿Marcando máximos más altos y mínimos más altos?
Cuando el comportamiento es errático o sin patrón, es mucho más difícil definir una estrategia que respete tu nivel de riesgo.
🎯 Y ahora lo importante: ¿qué pasa si encuentro una moneda interesante pero el soporte está lejos?
Aquí es donde entra la gestión del riesgo, y especialmente el ajuste del apalancamiento.
👉 Supongamos que quieres operar una moneda con buena estructura, pero el soporte más claro está un 8% por debajo de tu entrada.
Si mantienes el mismo apalancamiento alto que usas en operaciones con stops cortos, vas a exponerte más de lo necesario.
Y si el precio toca ese soporte, la pérdida va a ser mucho mayor de lo que tu cuenta puede soportar.
🔒 ¿Qué puedes hacer?
Ajustar el apalancamiento a la distancia de tu stop.
Cuanto más amplio sea el stop (porque el soporte está lejos), más bajo debería ser tu apalancamiento para mantener tu riesgo bajo control.
O simplemente no operar esa entrada.
Porque a veces, la mejor decisión es esperar otra oportunidad que se ajuste mejor a tu estrategia y a tu nivel de tolerancia.
Cuando puedes respirar tranquilo sabiendo cuánto estás arriesgando, tu mente toma mejores decisiones y te mantienes más firme frente al mercado.