#TrumpVsMusk

Lo que comenzó como una alianza estratégica entre Elon Musk y Donald Trump terminó en una batalla pública llena de acusaciones y amenazas. Musk, quien había sido un asesor clave en la Casa Blanca, abandonó su puesto el 30 de mayo, en lo que parecía una despedida cordial.

Sin embargo, solo tres días después, criticó duramente el “Big Beautiful Bill”, calificándolo de “abominación repugnante”, lo que desató la furia de Trump.

El conflicto escaló rápidamente. Trump amenazó con cancelar los contratos gubernamentales de Musk, afectando a Tesla, SpaceX y Starlink. Musk respondió con una serie de ataques en X (antes Twitter), insinuando que Trump estaba involucrado en los archivos de Jeffrey Epstein, una acusación explosiva que sacudió la esfera política.

La disputa no solo afectó la relación personal entre ambos, sino que también tuvo impacto en los mercados. Las acciones de Tesla cayeron un 14%, mientras que la criptomoneda TrumpCoin perdió más de 100 millones de dólares. Musk, en respuesta, anunció que SpaceX comenzaría a desmantelar su nave Dragon, utilizada por la NASA.

Lo que alguna vez fue una colaboración estratégica se convirtió en una guerra abierta. ¿Será este el fin de la influencia de Musk en la política estadounidense? ¿O simplemente el inicio de una nueva batalla?