En cripto, un inversor sin principios es solo otro lobo del pump & dump.
El bushidō, el camino del guerrero japonés, exigía lealtad, valentía y honor absoluto a la palabra empeñada. Un samurái prefería el seppuku antes que la vergüenza de fallar a su clan.
En el universo cripto, donde la descentralización elimina intermediarios y cada transacción depende de la confianza entre desconocidos, romper tu palabra equivale a atacar la base misma del ecosistema.

¿Prometiste holdear? ¿Aseguraste apoyar un proyecto y lo abandonaste por FOMO en otro? ¿Recomendaste tokens sin fundamentos a tus seguidores?
Entonces no eres un samurái… eres un oportunista con WiFi.
Como afirmó Gavin Wood, creador de Polkadot y cofundador de Ethereum:
“El sistema blockchain no impone justicia, pero sí expone al injusto.”
En la era de la transparencia, la fama en la cadena es la nueva katana.