Bitcoin (BTC) está mostrando un comportamiento «deflacionario». Sí, entre comillas. No porque se haya modificado su política monetaria —que sigue siendo la misma desde su creación—, sino porque cada vez hay menos BTC disponibles para circular. Y esa escasez no se debe a que se emitan menos monedas, sino a que una parte creciente del suministro está siendo absorbida por instituciones que no tienen planes de vender (o, al menos, eso dicen y demuestran hasta ahora).
En los últimos meses, se consolidó un nuevo fenómeno: el suministro de BTC disponible fuera de MicroStrategy (actualmente renombrada Strategy) ha comenzado a disminuir.
Se observa una caída sostenida en la oferta total de BTC excluyendo las tenencias de Strategy. Esto significa, en términos prácticos, que el mercado operativo de BTC —es decir, lo que queda disponible para comprarse o usarse— es cada vez más pequeño.
La causa principal es la acumulación agresiva por parte de Strategy. La empresa liderada por Michael Saylor ya posee más de 555.000 bitcoin. Y lo más importante: esos bitcoin son reservas a largo plazo.
Una deflación funcional
Desde lo técnico, la política monetaria de bitcoin sigue siendo la misma: emisión limitada, halving cada cuatro años, y una oferta total máxima de 21 millones. Eso no ha cambiado. Bitcoin, estrictamente hablando, sigue siendo antiinflacionario (que no es lo mismo que deflacionario). Lo que sí ha cambiado es la estructura de la demanda y el perfil de los hodlers.
Strategy está comprando BTC más rápido de lo que se mina. Después del halving de abril de 2024, la emisión diaria ronda los 450 BTC. Si una empresa adquiere una media superior a esa cifra, está absorbiendo más del 100% de la nueva oferta. Sumado a otros tenedores institucionales con vocación de “hodl perpetuo”, el resultado es claro: lo que queda para el resto del mercado es cada vez menos.