Nací en un block a las doce en punto,

mi alma firmada en contrato mutante.

No hay patria en Chainlink ni casa en Cardano,

solo claves privadas y un nodo vibrante.

Hablo en tokens, sueño en stablecoins,

mi pulso es DeFi, sin banco ni jefe.

Un oráculo guía mis días sin dueño,

mientras el gas sube, mi fe permanece.

Compré arte en OpenSea, vendí mi ayer,

mi wallet respira en la web sin frontera.

Soy uno y soy miles, soy bit y soy red,

en la DAO del destino, mi voz es sincera.

Soy crypto: misterio, código y bandera.

$BTC