#USChinaDeal El nuevo acuerdo entre Estados Unidos y China marca un punto de inflexión en las relaciones económicas globales. Tras meses de negociaciones tensas, ambas potencias lograron establecer compromisos que buscan reducir la incertidumbre en los mercados y estabilizar las cadenas de suministro. El pacto incluye medidas para mejorar la transparencia comercial, reforzar la protección de propiedad intelectual y facilitar el flujo de productos tecnológicos clave. Los inversores han reaccionado con optimismo moderado, esperando que este acuerdo impulse el crecimiento en sectores como la manufactura, la energía y la tecnología. Aunque aún existen desafíos estructurales entre ambas naciones, este avance representa un paso importante hacia una relación más equilibrada y predecible en el comercio internacional.