Cuando llega un bullrun, muchas criptomonedas tienden a subir, pero no todas lo hacen al mismo ritmo ni en la misma fase del ciclo:
1. El bullrun lo lidera Bitcoin
Aunque en un mercado alcista suben muchas criptomonedas, lo que suele marcar el inicio y la dirección del ciclo es Bitcoin.
Bitcoin es la criptomoneda más sólida, la que más confianza genera y el que atrae primero el dinero de los grandes inversores. Cuando el precio de Bitcoin empieza a subir con fuerza, arrastra al mercado hacia arriba. Es la señal más clara de que el bullrun ha comenzado.
2. Después el capital rota a Ethereum y otras monedas grandes
Cuando Bitcoin alcanza un nivel en el que empieza a consolidar o subir más lentamente, muchos inversores buscan mayores rendimientos en otras criptomonedas grandes.
En este momento, el dinero empieza a entrar con más fuerza en Ethereum, Solana... Estas monedas suelen tener fundamentos sólidos y buena adopción, pero más volatilidad y potencial de crecimiento que Bitcoin.
3. Luego vienen las altcoins de calidad
Una vez que las grandes ya han subido bastante, muchos buscan oportunidades en altcoins más pequeñas pero con buenos proyectos detrás.
Aquí entran los tokens de infraestructura, protocolos DeFi reconocidos, proyectos vinculados a narrativas emergentes, como inteligencia artificial, real world assets, juegos, etc.
4. Fase especulativa: memecoins y tokens sin fundamentos
Cuando el mercado está completamente optimista y el sentimiento es de euforia, el dinero se empieza a mover hacia activos muy especulativos.
Aquí es donde suben memecoins, tokens nuevos con poca utilidad, y proyectos de baja calidad. También es cuando llegan muchos nuevos usuarios al mercado, atraídos por las ganancias rápidas. Es la etapa más riesgosa del ciclo, donde también aparecen más estafas y rugpulls.
5. Fase final: euforia y corrección
En este punto, parece que todo sube sin parar. Hay sensación de que el mercado solo puede seguir creciendo. Sin embargo, es justo cuando los inversores más experimentados comienzan a vender. Se produce una distribución del capital, y poco después el mercado corrige con fuerza.
Saber esto nos puede ayudar a aprovechar mejor las oportunidades del mercado, maximizar las ganancias y reducir riesgos. Entender en qué fase del ciclo estamos permite tomar decisiones más claras y evitar moverse a ciegas en medio de la euforia.